dilluns, 7 de novembre del 2011

Entrevista interessant....

"Felicitarte por el trabajo bien hecho es un chute mucho más grande que el sueldo que te pagan"

Víctor Küppers es formador de actitudes por vocación y en el libro `El efecto actitud´ sitúa al personal como la clave del éxito de las empresas que triunfan 

 

 

La Vanguardia, 4 de novembre de 2011

Albert Domènech
Barcelona Periodista

Hay quien le define como un auténtico creador de entusiasmo, aunque el rechaza cualquier protagonismo heroico y se limita a repetir las veces que haga falta que los principios y valores que postula no son invención suya. Formador de actitudes, escritor y conferenciante, Víctor Küppers ha trabajado para empresas como Volkswagen, Endesa, Telefónica o Schweppes. Su misión es sacar a relucir el optimismo de la gente y explicar cómo este debe gestionarse para afrontar situaciones difíciles. Hace poco estuvo transmitiendo entusiasmo en el marco de la décima Convención de Farmacias Ecoceutics, una empresa que, en palabras de una portavoz, “ha decidido como filosofía acabar con el individualismo feroz que teníamos como colectivo farmacéutico”. Una de sus acciones, ha sido contar con Küppers, autor del libro El efecto actitud, que tiene un discurso duro contra las empresas que no confían en sus trabajadores y que se aferra a una cita ajena para contagiar su forma de pensar: “Lo más importante en la vida, es que lo más importante, sea lo más importante”.

-¿Qué se valora más hoy en día en el mundo empresarial, la aptitud o la actitud?
-La actitud es mucho más importante. Hay una fórmula que siempre explico y es la siguiente. Como profesional tú vales la C+H multiplicado por la A.

-¿Perdone?
-La C son los conocimientos, como profesional tienes que saber cómo hacer las cosas. Luego están las habilidades, la experiencia. Y todo ello multiplicado por la actitud. ¿Qué es la actitud? La manera de ser. Si me preguntas, el conocimiento es muy importante, las habilidades son también vitales, pero lo que diferencia a un crack de un chusquero es su actitud.

-¿Cree que las empresas piensan como usted?
-Muchas sí.
-¿Y las demás por qué se fijan en otras cualidades?
-Hay empresas que se han centrado mucho en conocimientos y habilidades. Tradicionalmente, la universidad también ha focalizado su atención en estos conceptos. Fíjate en las notas. ¿Quién es el mejor? El que saca un 10. ¿Y el peor? El que suspende. Pero es verdad que en el mundo empresarial luego hay quien se da cuenta que la persona que tiene un 9, no tiene el sentido del humor de otra persona, o la capacidad de comunicación. Y los del cuatro, tienen unas habilidades sociales fantásticas, es buena persona, etc. En la vida es mucho más importante la actitud que los conocimientos y las habilidades. También te digo que si eres un inútil y estás muy motivado, eres un peligro. Si no sabes, no toques.

-¿Quién tiene que enseñarnos a moldear nuestra actitud?
-Tú mismo. Hay una parte importante que es genética. Un 50 por ciento. El resto, eres tú. Es un trabajo interior.

-¿Cree que los institutos deberían cursar la asignatura de inteligencia emocional?
-Sí, y cada vez lo hacen más. Se tratan cosas como el trabajo en equipo, la comunicación, el esfuerzo, la perseverancia, etc. Hay quien lo hace desde el parvulario. Enseñan a ser alegres, optimistas, entusiastas…

-Hay quién opta por otro tipo de enseñanza. La competitividad, el éxito…
-Hoy discutían en mi clase porque había una persona no quería dejar los apuntes a un compañero. Aquí todos somos un producto, tú eres mi rival. Esta competitividad que se fomenta en las escuelas de negocios se traslada a la empresa. No hay compañeros, hay competencia. Es grave. Un alumno me llegó a decir un día, “en qué mundo viviríamos si pensáramos en el otro”. Esta es la mentalidad de mucha gente que va a la universidad. ¿Y los valores?

-¿Quién nos está imponiendo esta mentalidad?
-El entorno, vivimos en una sociedad que premia lo que tienes y no lo que eres. Vivimos en un mundo en el que vales lo que tienes, por eso hay tanta frustración. Nos han hecho creer que todos podemos tenerlo todo, y la gente se frustra. Fíjate en el modelo consumista que tenemos. Tú, por ejemplo, ¿te ha felicitado alguien por tu sentido del humor?

-Alguna vez, otros no lo soportan.
-Te felicitan porque tienes un coche, o porque trabajas aquí. No suelen felicitarte por lo que eres, sino por lo que tienes.

-¿Sólo las empresas valoran más la aptitud que la actitud?
-Lo bueno que tiene esta crisis es que la gente se está empezando a plantear muchas cosas. Muchas. Son muchas las empresas que empiezan a hablar de felicidad, aunque parezca una palabra cursi. Cada vez son más las empresas que se preocupan por la felicidad de sus empleados. Y ahí es donde entra mi trabajo. Las empresas me contratan porque quieren que la gente esté más motivada, porque han visto que el rendimiento es mucho mejor.

-¿Cuál es el principal error en el que caen las empresas con sus trabajadores según lo que le han transmitido en estas charlas?
-Que en realidad no creen en sus trabajadotes, una cosa es lo que dicen, y otra lo que hacen. Hay empresas que aseguran que las personas son su razón de ser, y luego no se lo creen. Tratas mal a los empleados, pagas mal, eres agresivo, y luego pretendes que estén motivados. Con una charla la gente no tiene suficiente, la gente se motiva por cómo la tratas, por si te preocupas por ella.

-¿Qué le transmiten los trabajadores con los que ha estado?
-Angustia, veo a la gente muy angustiada, y con razón. Todo el mundo transmite, lo que sucede es que hay gente que transmite 30.000 vatios y otros que van fundidos. Si juntas todos los problemas profesionales y personales que podamos tener es lógico que las personas estén más desanimadas, porque hay un entorno que desanima mucho. Pero a parte del entorno es muy importante tener en cuenta que tú eres responsable de tu bombilla, tú también tienes que hacer un esfuerzo para ser más positivo, pro activo y ver el lado bueno de las cosas y ser más entusiasta, no todo está en manos del entorno. Tienes la responsabilidad de tu vida.

-Somos especialistas en culpar a los demás de nuestras desgracias.
-La actitud del lloriqueo es muy hispánica. Estamos muy acostumbrados a la queja fácil, la culpa es de Zapatero, de Rajoy, del Gobierno o de mi vecino.

-¿Estamos pecando de victimitas con la crisis?
-Sí, somos unos llorones, todo el día llorando. Hay cosas que no puedes controlar, eso está claro. La pregunta es, ¿qué haces para mejorar lo que realmente puedes cambiar? Esto supone un esfuerzo y quizás no todos están acostumbrados.

-Antes la cultura del esfuerzo era más sólida, parece que vamos a menos.
-Totalmente, nuestros abuelos o padres tienen otra mentalidad. Nos hemos acomodado y esto nos frustra y nos amarga. Siempre digo medio en broma que hay gente que es “del lado oscuro”. Y luego hay otras personas que deciden estar en el lado donde hay luz.

-¿Podemos pasar de las sombra a la luz con facilidad?
-Cuando estás en el lado oscuro siempre sale el “es que”. Hay que pasar al “yo qué puedo hacer para”. Si lloras, te hundes, tienes que pensar en lo que realmente puedes hacer para solucionar las cosas. Es lo que en el libro llamo el Valle de las Excusas, es decir, que la culpa de lo que nos ocurre es siempre de los otros o de las circunstancias, nunca nuestra. Es mucho más fácil poner una excusa que poner los medios.

-¿Cuál es la pregunta que nos tenemos que hacer constantemente?
-¿Cuál es tu objetivo en la vida?

-¿Esta es la pregunta o ahora me está entrevistando usted?
-Las dos cosas.

-Ser feliz, supongo.
-¡Qué cursi! Vale, ser feliz. Aunque sea cursi es la opción que todo el mundo escogería. El tema es, ¿para ser feliz qué quieres? Y esto es lo que te tienes que preguntar porque sino te lo impondrá el entorno. Y el entorno te dirá que tienes que ser jefe de departamento. Y que para ser feliz tienes que tener un coche, y para ello trabajar 18 horas al día.

-¿Y para usted que es ser feliz?
-Trabajar en la universidad, poder ir al Barça, unas bravas, jugar a tenis o dedicar mucho tiempo a mis hijos. No sé, por decir algo. O pones todo esto en tu vida o serás un desgraciado, por esto nos tenemos que para a pensar de vez en cuando.

-¿Poner nuestra felicidad en manos de factores externos es igual a ser un desgraciado toda la vida?
-Sí, totalmente, y es lo que pasa con mucha gente. El problema es que solo nos paramos a pensar en estas cosas cuando la vida te da un golpe. Pero eso no lo digo sólo yo. Valentín Fuster hace tiempo que dice que nos tenemos que parar a pensar porque estamos en un mundo de locos. Creo que es importante, estamos muy locos. La Comunidad Europea alertó que en 2020 la primera enfermedad en los países occidentales será la depresión. La gente inteligente no es que no se equivoque, es que aprende de los errores.

-¿Por qué cree que la gente está tan angustiada?
-Porque estamos en un mundo en el que tenemos de todo y no somos felices. Porque la cultura del tener nos hace eternamente insatisfechos. Estamos en manos de las multinacionales, y esto significa una infelicidad continua.

-¿Qué es el éxito para usted?
-El logro de objetivos que realmente merecen la pena para ti. Esto es la felicidad.

-Le he preguntado por el éxito…
-El éxito es ser feliz. Si haces en la vida aquello que quieres, serás feliz y esto es un éxito. Éxito es tener una vida con sentido, plena.

-¿Qué fórmula cree que deben utilizar las empresas para contagiar entusiasmo en tiempos de crisis?
-Primero, ayudar a la gente que está angustiada, y hay muchas formas de hacerlo. Y segundo, hacer ver que no solo es un problema del entorno o de la deuda griega, sino que nosotros podemos estar alegres en este entorno.

-¿Cómo pueden ayudar a la gente angustiada?
-Tratándolas como personas. Hay muchos trabajadores que te confiesan que son tratados como un número o una mierda directamente. Hay que volver a utilizar palabras como “gracias” o “por favor” para evitar que desaparezcan del diccionario de las empresas.

-“No neews, good neews
-Pero esto es muy triste. Es necesario que de vez en cuando te den las gracias por el trabajo que haces, o si lo trasladamos en el ámbito familiar, que te digan que te quieren. Que te feliciten por el trabajo bien hecho es un chute mucho más grande que el sueldo que te pagan.

-¿Por qué cree que cuesta tanto?
-Porque no entienden el porqué hay que dar las gracias, “gracias de qué, si ya te pagamos y soy tu jefe”. Al final tendremos que explicarles a nuestros nietos qué significa la expresión por favor. Esto ha llevado a que la gente ya no piense en la empresa, piensa en sí mismo. Pero es que la empresa se lo ha ganado. Somos seres humanos, necesitamos cariño y sentirnos queridos.

-¿Cuál es el gran reto que tiene las empresas en el siglo XXI?
-Mantener el talento. Al final, lo más importante de las empresas son las personas, y para ello hay que mantener el talento.

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